Siempre me habían dicho que los amish de Ohio eran los más cerrados de todo,
que odiaban las fotos y la visita de turistas, pues bien no es exactamente lo
que nosotros hemos vivido en Berlín y sus alrededores.
Pudimos charlar con varias chicas que trabajaban en quilt shops y fueron súper
amables, tan amables y abiertas que incluso me atreví a hacerles algunas
preguntas sobre la vida que llevan, una vida anclada en el pasado, y usando únicamente
productos naturales.
El domingo por la tarde nos adentramos por caminos perdidos por el
campo, vimos granjas llenas de niños jugando, mayores
paseando......
El lunes en cambio, era día de colada, y todas las granjas tenían tendidas
sus ropas colocadas minuciosamente por orden de tamaño y color.
Una gente y un paisaje impresionantes!!!!
3 comentarios:
Madre mia que recuerdos,son cosas que no se olvidan nunca.Un besazo guapisima y gracias por hacerlo posible.
¡Qué chulo! un abrazo
Que envidiaaaa que me das en cuanto pueda permitirme lo nos vamos y digo nos porque mi hija no se quiere quedar atrás un besazo guapísima
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